martes, 26 de marzo de 2013

Latente

Late, y late fuerte, está dentro de mi pecho y sus vibraciones cimbran hasta el más recóndito de mis sentires.
Aire que infla mis pulmones, mientras la pleura da cobijo y calor a mi par de bronquios...
Latente, aún en la piel se siente remanente el calor, el frío, el dolor, el llanto, el contacto de la mano que hace algunos ayeres destrozara mi país de maravillas, latente...
Pero late, vibra, retumba fuerte en mis entrañas la masa cardíaca que me impulsa a tomar nuevos sueños de la mano, a volar por cielos inexplorados, a inventarme un nuevo país de maravillas y colores.
Dar un paso, dar dos, dar cien o dar mil, andar una y otra vez sin más temor que el inevitable que existe en cada corazón humano ante lo desconocido.
Tu mano, la mía, un salto y explorar...
No importa cuánto haya de latente, importa más lo que late...
Latente es pasado, y si late hoy mi núcleo orgánico es por el anhelo del futuro que vislumbran mis ojos iluminados y brillantes por tu presencia.