domingo, 27 de enero de 2013

Disidencias

Objetos que no tendrían que estar...
Y aparecen de la nada, en los lugares más extraños, abriendo heridas...

Disidencias...
Dendritas conflictuadas con el choque emocional que genera la presencia de un objeto como ese...

Un arete, una arracada para ser más precisa, vivió por más de un mes en el asiento trasero de mi automóvil... un arete cuya propietaria, al parecer, jamás notó su ausencia.

Disidencias...
Las ganas de conservarlo, el dolor de deshacerme de él, la inevitable suspicacia de mis ansias intensas buscando explicaciones surrealistas y fantásticas a la presencia de tan peculiar objeto.

No, no es cualquier arete, además es un arete cuyo fin primordial fue el de ser un regalo, un presente, un premio al esfuerzo realizado, un pequeñito pedazo de metal en el cual volqué parte del amor que sentía (siento)...

Colapso emocional, una lágrima recorriendo mi mejilla mientras las llantas de mi auto se deslizaban y rodaban rápidamente por el asfalto de carretera...

Y así pasa que no puedo más, que lo que pasa no se me pasa y termina por pasar lo que en el pasado pensé  jamás pasaría...

El barranco de carretera es un abismo que guarda secretos por montones, amores, dolores, muerte, desesperanza, perdida, memorias... y ahí, el objeto culpable de mis disidencias...

Ésta vez me ganó la batalla la realidad, no hay para que buscar maravillas donde solo hay coincidencias, hoy rodó por el peñasco borrascoso un trocito de mi esperanza, de mis anhelos y hasta una parte de mi incipiente romanticismo...

sábado, 19 de enero de 2013

Pensando en ti...

Momentos como éste, en el que te pienso demasiado.

Recuerdos cercanos del tacto de tu piel, el color de tu pelo, el aroma de tu aliento, tu mano tocando la mía, tu corazón latiendo al compás del mío.

Es difícil mantener estable y tranquila a la mente en estado de ansiedad. La vela y la espera alteran mi serenidad.

Pienso que te pienso, pensando el pensamiento en que debería no pensarte, y sin embargo te pienso queriendo pensarte y pensando que debiera no pensarte.

Y así, pensándote, pensando en ti, no queda más que hacer, nada que no sea pensarte pensando que quisiera no pensarte.

jueves, 17 de enero de 2013

Deseo a cuentagotas


Cuentagotas...
Agua, luces, estrellas, lluvia, viento... todo a cuentagotas...

La magia de la espera, de aquello que se da de poco a poco, es que el motivo se intensifica, crece, se multiplica y diversifica.

La ansiedad aumenta, y con ella las ganas de salir corriendo en dirección opuesta, condición humana natural, miedo, inseguridad, adrenalina, deseo...

Desear, desear es poder, es resignarse y aceptar como necesarias e inevitables todas y cada una de las condiciones necesarias para obtener el objeto de tal anhelo.

Desear a cuentagotas es pedirle un segundo más al reloj, es buscar en los capullos un último instante de crisálida antes de convertirse en mariposa, desear a cuentagotas, un último latido, un guiño, un soplo de viento, roces, caricias, silencio estrepitoso, sinapsis, dendritas palpitantes, lamentos, momentos, angustia, lujuria, ganas, deseo...

A cuentagotas, el ser humano se envuelve en la necesidad de prestar oído y atención a cada una de las gotas de deseo resbalando por su espalda, deseo naciente en la mollera, deseo crepitante, deseo candente, deseo líquido que cae de tanto en tanto manteniendo al sujeto en vela perpetua.

viernes, 11 de enero de 2013

Recuperación

Hoy tengo más presente que otros días lo maravilloso que es la recuperación. Hace ya cinco años que dí ese gran paso, que me acerqué más a mí y dejé de lado, poco a poco y dolorosamente, el terrible y monstruoso infierno de los trastornos alimenticios.

Hay días difíciles, hay días complejos, ningún día es fácil realmente. Todos y cada uno de los segundos de mi vida llevan impregnada la fuerza de recuperación que nace de mi alma.

La enfermedad, cualquiera que sea, en mi opinión jamás se va, queda latente en el cuerpo, en la sangre, en las marcas, la memoria, los recuerdos, los dolores...

Sin embargo la enfermedad no define quién eres, no define a donde vas, la enfermedad es parte de ti, parte de tu condición humana, de tu falibilidad, de tu naturaleza.

Ha sido un camino sinuoso, lleno de riscos, de vueltas, de pasos en falso, ha sido un camino duro y complicado.

Hoy, a cinco años de haber dado el primer paso, me siento inmensamente feliz, me siento libre, me siento tranquila; las ganas de salir y hacer algo por el mundo me recorren las venas y arterias a velocidades peligrosas.

Enfermarse no es de débiles, enfermarse es de humanos, y la recuperación no es otra cosa que, el más difícil pero maravilloso camino al reencuentro contigo mismo.

Conozco muchas historias, muchas enfermedades, muchos éxitos y muchos fracasos, todos y cada uno de ellos nutren mi experiencia y vida, todos me son significativos e importantes, de ellos he aprendido infinidad de cosas, pero sobre todo, de ellos me nace la necesidad de escuchar, de apoyar, de creer y ayudar a quien quiera que necesite esa ayuda, esa palabra, ese abrazo, ese beso, ese oído.

Éste escrito es algo diferente, pero es importante para mí expresar de alguna forma lo agradecida que estoy con la vida y lo orgullosa que me siento de mí misma por haber logrado esto, además de extender una mano en la obscuridad para cualquiera que la necesite y quiera tomarla.


miércoles, 9 de enero de 2013

Borrosa

Sentí que sentía,
Sentí que vivía, que corría, que lloraba y que amaba.
Sentí la lluvia, sentí el aire,
tuve calor y tuve frío.

El horizonte se difumina en mi mirada, me vuelvo borrosa y me pierdo en el infinito de suspiros que nacen de mi pecho.

No se deja de sentir de un minuto a otro, pero de segundo a segundo van perdiéndose las líneas, se olvidan las palabras, los momentos se convierten en memoria, y el amor termina siendo un borroso recuerdo, que aunque pasado, cala hasta el tuétano.

Suspiro una, dos y mil veces...
Cada trago de oxígeno, argón y nitrógeno me vuelve un poco más difusa, más borrosa.

No me malinterpreten, ser borrosa no es defecto ni es pesar.
Ser borrosa y difuminarme, perderme con el horizonte es ser libre, es sentir, es recordar y a pesar de todo, es vivir.

Sentí que sentía, y no me equivocaba, sentí, sentí todo cuanto pude, sentí cuanto quise y sentí mas de lo que podría haber imaginado.

Sentí, viví, corrí, lloré ... amé y amo.

Hoy me difumino, y lo que sentí, se combina deliciosamente con las vetas azules del horizonte borroso en que me fundo.


martes, 8 de enero de 2013

Me duelen las ganas

Me duelen las ganas,
Las ganas que nacen de mis entrañas, que vibran y se retuercen en mis venas y arterias;
Me duele la sangre, esa que irriga mis mas profundos recovecos de dolores, añoranzas y amores. 
Me duele tanto adentro que quisiera desollar mis penas y lanzarlas al vacío. 
Quiero deshacerme de cada milímetro de piel que te desea, de toda esa carne palpitante y enfermiza, pulsaciones y latidos que tienen como guía el triste eco de tu ausencia. 
Me duelen las ganas, me gritan las glándulas de mi cuerpo, ruegan por un minuto de paz, de calma. 
Me duelen las ganas de tocarte, de recorrer tu cuerpo con movimientos torpes y acompasados, por cubrirte de lágrimas y sudores, me duelen las ganas. 
Las ganas que me vuelven líquida, las ganas que me enferman, las ganas de ti, las ganas de mi. 
Me duelen las ganas tanto y tanto, me duelen dentro, me duelen fuera, me duelen viva y me duelen muerta.
Inhalo y exhalo una última bocanada de vida, y ahí, alrededor de la masa inerte, del dolor punzante, ahí .. Me siguen doliendo las ganas. 

Direcciones

Complejo seguir los tumbos y viradas de la mente en completo estado de ansiedad. 
Una y otra dirección acomodando mi vida en recovecos y esquinas de experiencias, dolores y añoranzas. 
Convencida estoy, la única forma en que puedo seguir el paso de mi alma es perdiendo todo apego racional, dejando a mi completa falta de cordura tomar las riendas de mi inestable existencia. 
Direcciones unas y otras, todas plasmadas de intranquilidades y ensoñaciones, música y magia, amor y desamor. 
Pierdo piso, pierdo certidumbre y gano terreno en mi. 
Vivir sin cordura es vivir feliz.