domingo, 24 de noviembre de 2013

Transformación

Y resulta que, después de correr y correr,  algo en su interior le recordó que tiene alas, que puede volar, que la metamorfosis ha ocurrido y que puede ahora enfrentarse al viento. 
El pasado ha dejado de ser un enemigo que la obliga a mantenerse en constante movimiento, esos recuerdos ahora tan sólo son eso, recuerdos, memorias de aquello que desea jamás repetir, de lo que sintió, lo que vivió...
Ahora no la detiene el dolor, éste se ha condensado y las lágrimas que tenían que llover cayeron en el momento oportuno, el tiempo fue perfecto, se cumplió la predicción y el sol salió tras las nubes tormentosas que antaño obscurecieran su horizonte. 
Sigue creciendo en su interior la luz, la esperanza, el amor, música, danza, viento, fuego, ahora todo cuanto su ser necesita expresar brota a la superficie en creaciones maravillosas, creer es crear, y ahora ella cree en sí misma.
Las lágrimas han dejado de ser sus diarias compañeros, sus ojos brillan, la ilusión de su vida, la posibilidad de seguir adelante, saberse viva, todo hace que renazca en ella el fulgor radiante que suele rodearla mientras danza al compás de su alma. 
Y ahí, en su horizonte, expectante de sus movimientos está ella, llegó como el viento y se ha quedado, impregnando el aire con su aroma, su piel con el 
de la suya, tendiéndole la mano, dándole una nueva oportunidad para caminar, para amar...
La mariposa es consciente ahora de su belleza, de sus colores, de su maravillosa existencia; ahora está lista.