lunes, 22 de abril de 2013

Laberinto

Ires, venires, vueltas, recovecos, pasillos sin salida, quimeras con acertijos que atormentan a cualquiera, muros, obstáculos, faunos, rosas, naipes que persiguen a toda velocidad, laberintos...
No saber para donde correr, no encontrar un lugar seguro, es tan tonto y tan real, tan cierto como es que dentro de mí está la respuesta, la salida, y sólo debo clarificarla.
Clarificar? Denme agua y luego les explico, una navaja y tres cajas de kleenex.
No es tan fácil averiguar lo que el corazón espera y necesita, menos aun si los tumbos y vueltas que le hace dar la vida lo tienen tan mareado.
Laberintos emocionales, laberintos cerebrales. Laberintos que no puedo resolver yendo de adelante para atrás para que sea más fácil.
Laberintos en mí...
Laberintos que cambian cuando giro a la derecha o a la izquierda. Laberintos que tiemblan al compás de la tierra y turban mi ya inestable y compulsivo ser.
Insomne y laberíntica... Así yo...
Sin saber aún cómo clarificar el grito de mi corazón, sin encontrar salida de este complejo laberinto en que caí sin darme cuenta, y del cual llevo infinitas eternidades intentando salir.