sábado, 9 de febrero de 2013

Madriguera

Siempre me he sentido muy Alicia...
Estoy convencida de que El país de las Maravillas no es sólo un malviaje plasmado en mil páginas y cientos de películas.
El gran problema es que hoy, en mi afán de encontrar el país de las maravillas, caigo por la madriguera del conejo blanco y no sé si pueda detenerme.
Soy espectadora y protagonista de esta tragicomedia a la que llamo vida.
Las ganas de salir corriendo son igual de inmensas que las ganas de quedarme y ver que pasa.
La madriguera es un lugar peculiar, la gravedad no existe y las leyes de la física pierden toda cordura bajo tierra, por eso caigo, mas no es caída libre, tengo tiempo de ver y disfrutar el camino de bajada... o de subida??? no sé qué es arriba y qué abajo.
Sigo, como Alicia, persiguiendo conejos blancos con reloj, peleando contra reinas de corazones y definitivo, sigo tomando té con un grupo de locos, tan locos como yo.
Entre Alicia y Alixia parece no haber tanta diferencia, pero yo... yo quiero quedarme en el país de las maravillas si algún día llego a conocerlo...
Mientras sólo me queda esperar, caer, subir, perseguir al conejo blanco...

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