viernes, 21 de abril de 2017

Cascada

Precipitación, diluvio, gotas de agua atrabancadas bajando por mis ojos, perdiéndose en la comisura de mis labios.

Dolor, sensación de vacío, ansiedad, fatiga, tristeza. Mezcla intoxicante que nace de mi alma, del espacio que guardabas y jamás podrás completar.

Eramos piezas de distintos rompecabezas que el amor nos hizo confundir pensando que íbamos bien juntos, que ilusos, que inocentes...

Me dueles y es por eso precisamente que salí corriendo, gritando en dirección opuesta porque no sé funcionar de otra manera. Corrí desesperada buscando en cada respiro que la bocanada de aire me trajera cordura, me diera la idea, la pauta de cómo seguir a tu lado.

La nada, el hueco que hoy siento y que habré de resanar a partir de la experiencia, llenándolo de memorias, de olores, de pasado; que llenaré cuando deje de doler para poder sanarlo.

No me malinterpretes, volver aquí ha dejado de ser opción, nuestros caminos fueron lineas tangentes que se cruzaron tantas veces como fue necesario y hoy han vuelto a separarse.

El futuro será siempre incierto, podría resultar que tu camino y el mío vuelvan a tocarse, pero podría resultar que jamás suceda, puede mi línea terminar hoy mismo, mientras escribo estas líneas.

Hoy tengo los ojos secos, la cascada de los días anteriores ha perdido su vigor, se ha agotado la reserva de lágrimas que tenía para ti, esa que durante más de treinta y ocho meses rogaba al cielo no tener que usar.

Te perdono y me perdono, no fallamos como crees tú ni mucho menos como creo yo, nuestra única omisión fue dar por sentado todo, pensando que el amor sería suficiente para sacar a flote la barca, nos equivocamos pero lo hicimos en nombre del amor, ese que hoy se ha desvanecido, se ha diluido dejando tras de sí una estela de historias compartidas.

Gracias, porque a tu lado conocí, viví, reí, lloré, amé, gracias por el tiempo que nos dedicamos, por el espacio que llenaste, por el hueco que hoy dejas, gracias por la euforia y gracias por el dolor, por hacerme sentir humana y por enseñarme que la vida es más que un plan.

Hoy cierro mi ciclo contigo, ese que comenzó por mi propia voluntad, por mi necesidad de ser vista por tus ojos, por las ganas de acompañarte, de cuidarte, de sanarte.

Hoy me retiro, hice mis movimientos pero, como en el ajedrez, cuando el jaque es mate el juego ha terminado.

Adiós y para siempre, que la música, esa de antaño que te hace feliz, haga ameno tu camino, ese que hoy dejas de recorrer tomado de mi mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario