Sentí que sentía,
Sentí que vivía, que corría, que lloraba y que amaba.
Sentí la lluvia, sentí el aire,
tuve calor y tuve frío.
El horizonte se difumina en mi mirada, me vuelvo borrosa y me pierdo en el infinito de suspiros que nacen de mi pecho.
No se deja de sentir de un minuto a otro, pero de segundo a segundo van perdiéndose las líneas, se olvidan las palabras, los momentos se convierten en memoria, y el amor termina siendo un borroso recuerdo, que aunque pasado, cala hasta el tuétano.
Suspiro una, dos y mil veces...
Cada trago de oxígeno, argón y nitrógeno me vuelve un poco más difusa, más borrosa.
No me malinterpreten, ser borrosa no es defecto ni es pesar.
Ser borrosa y difuminarme, perderme con el horizonte es ser libre, es sentir, es recordar y a pesar de todo, es vivir.
Sentí que sentía, y no me equivocaba, sentí, sentí todo cuanto pude, sentí cuanto quise y sentí mas de lo que podría haber imaginado.
Sentí, viví, corrí, lloré ... amé y amo.
Hoy me difumino, y lo que sentí, se combina deliciosamente con las vetas azules del horizonte borroso en que me fundo.
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